Una de las cosas más maravillosas que tiene el trabajar en una galería de arte, aparte de las jugosas comisiones si llegas a vender un cuadro caro ( y siempre daré las gracias a la venta de un Campanella precisamente, lo que me posibilitó comprarme mi querida laptop) es cuando conoces a algunos de los artistas.
Como dije, cada persona es como un libro con piernas. Pero cuando se trata de un artista, puedes ver mucho más de lo usual. A través de los cuadros uno puede echar un vistazo a su mundo interior, y sorprenderse. La sorpresa puede ser grata o no, lo fantástico del mundo del arte es que hay arte para todos los gustos. Uno puede maravillarse con la obra más sencilla o quizás ser el peor de los críticos con alguna de las obras más complejas. ( Y lo digo y lo sostengo, jamás podría gustarme Picasso. Aunque no me molestaría que me regalen un cuadro suyo xD)
Los pintores son seres de otro mundo, eso es un hecho. Y yo he conocido a unos cuantos, desde el más anónimo hasta algunos de los más conocidos de América Latina (y no es broma)
Uno que me ha llamado la atención, y con el que traté unas pocas veces en las dos galerías donde trabajé es un artista italiano llamado Vito Campanella. Es italiano, pero también es considerado parte de la historia del arte argentino, por la cantidad de años que lleva viviendo en la Argentina.
Su técnica es sencillamente maravillosa! Él es uno de los mejores artistas del surrealismo que he visto, y si alguien dice que sus cuadros recuerdan a Dalí, no está errado.
Campanella, según me contó mi madre, fue un discípulo de Giorgio de Chirico y de Salvador Dalí. Mi madre bromeó un poco, porque me dijo que estudió con éste último por un tiempo hasta que tuvo la osadía de criticarle una obra. Dalí, que tenía el ego más monumental que de un emperador romano lo echó del estudio sin más. ( Yo creo que Picasso y Dalí hubieran sido una buena pareja, ambos estaban medio loquitos y eran terriblemente talentosos *risas*)
Si llegasen a conocer al maestro Campanella, no cometan el mismo error que yo: nunca, pero nunca le pregunten acerca de su tiempo como discípulo de Dalí. ( si las miradas mataran, yo hubiera sido fulminada esa vez... cuando no se quiere recordar viejos tiempos, no hay que ser indiscreto ^^u) , pero no tendría ningún problema en hablarles de Di Chirico si le preguntasen pues él le tiene en enorme estima. :3
Él tiene unas obras impresionantes, no sé exactamente cuánto tiempo le lleva hacer un óleo pero él aplica en sus cuadros lo más impactante de la técnica del hiperrealismo, sobre obras totalmente metafísicas. Lo que más me impresiona es cómo consigue una ténica del fundido tan perfecto, esfuma de tal manera los tonos que casi casi, lo puedes palpar. Cuando pinta la piel de las personas, siempre me pregunto cómo consigue lograr esa suavidad...como si fueran casi de porcelana! Yo estudié en Bellas Artes y ninguno de los profesores que tuve de pintura quiso jamás enseñar una sola puta técnica! A menos , claro, que asistas a los talleres. >< width="100%" align="center" border="0" cellpadding="0" cellspacing="0">Decía Leonardo Da Vinci que hay que desconfiar del artista cuya concepción resulta superada por la ejecución de su obra. La destreza técnica de Vito Campanella inquieta al observar exigente y prevenido por advertencias leonardescas.
Sin embargo, a poco andar descubrimos algunas ambigüedades que, por su condición titubeante, nos tranquilizan.
Después de todo, Campanella no tiene la receta, y en esta medida hay margen para su progreso y evolución, dentro del estilo surrealista por el que ha optado. Es evidente que conoce la obra de Dalí y la de De Chirico; nos informa haber tenido contacto directo con el taller de estos artistas, si bien su formación la considera con acento en el autodidactismo (reconoce haber profitado poco de la Brera) estudiando pacientemente a los grandes maestros en los museos de Europa.
El brillo de sus paños, el amor por las texturas, parecen emparentarlo más bien con los venecianos, el nada realista Tintorello y aquel vástago griego que en España llegó a ser El Greco. Campanella conoce los términos del desafío. Lo hemos conversado. Sabe del peligro de rebotar contra la tela en vez de internarse en ella, y acepta las duras condiciones de la lucha.
Le interesa el mundo metapsíquico, pero es consciente de que la batalla debe dirimirse en términos plásticos y la resultante de su labor está bien lejos de aquellas aspiraciones de un automatismo, según el cual bastaría sumergirse en ciertos estados anímicos para ser visitado por la Musa de la calidad plástica. Sueña, sí, Campanella, pero sueña bien despierto.
Lo contrario sería provocar estados somníferos en el espectador, que no de ensoñación.
Para transmitir la vivencia de lo onírico, hay que estar muy despabilado: tal vez Campanella lo esté demasiado.
En todo caso, no lo frenan las profundidades de su subconsciente y está decidido a internarse cada vez más en él.
Esta humildad básica de Campanella es buen augurio. Está muy lejos de sentirse cómodo con lo que hace; otros, en su lugar, se conformarían con cosechar el favor de un público que no le mezquina halagos.
En vez, Campanella duda de su maestría hiperrealista.
Busca el diálogo, la objeción. Si por momentos celebra sus propios resultados, lo hace con inocencia, con el entusiasmo propio de quien se siente progresar. Sus formas coruscantes hablan de ese mundo visceral, como bien lo define el crítico Ignacio Pirovano, que suele ser patrimonio de los surrealistas.
No nos asustan los manierismos del estilo, como no nos asustan los Manieristas que produjeron un Bronzino; es uno de nuestros pintores favoritos. Creemos que el Art Nouveau no es sino un gran manierismo y nos deleita, cuando se lo maneja al nivel de los capaces, Gaudi, Berdsley.
Arriesga Campanella al introducir ahora textura de ruinas en contraste con las lisas superficies de sus figuras y de sus cielos. Dentro de un estilo que exige como pocos la sumisión formal, lo vemos a Campanella vital y en movimiento. Incorporando las formas que mejor hablan a su sensibilidad –como los instrumentos antiguos que asoman en sus telas con la fidelidad responsable del estudioso, debatiéndose con sus perspectivas tonales y geométricas–, será difícil cerrarle el paso a Campanella a esa cuarta dimensión a la que aspira."
Para el catálogo “Alquimia”
Buenos Aires 1969Conclusión:
1) si exponen obra de don Vito en un museo o galería de tu ciudad, ve a verla. Vale la pena.
2) Si te gusta el arte y posees los billetes necesarios, INVIERTE en arte porque es mucho más seguro que comprar acciones en la Bolsa. Y Campanella es un artista que cada año cotiza más y más alto, no diré precios pero aprovechen mientras él está vivo, porque cuando un artista pasa a mejor vida, ahí la cotización subre MUCHÍSIMO más.
3) Este es el website oficial del artista:
http://www.vitocampanella.com/Me despido con cariño de aquél que lea el blog mío. Espero que les guste, comentarios siempre serán bienvenidos y... por una vez no hablo de Angemon ni de los ángeles del anime *risas*
CARPE DIEM!!!!